jueves, marzo 13, 2008

Si lo hemos hecho antes, ahora también.

Es cierto que marzo es un mes complejo. No hace falta repetir la cantidad de gastos y responsabilidades que trae aparejado. Los medios de comunicación, las instituciones financieras, los spots publicitarios, las municipalidades y colegios se encargan de hacernos recuerdo del “peso” que cae sobre nuestras espaldas durante este mes, a través de un vendaval de información que nos va ahogando a partir del mes de febrero hasta saturarnos por completo durante la primera quincena de abril.

Pero, ¿Nos hemos preguntado cuántas veces hemos salido airosos de marzo. El coraje e inteligencia que hemos tenido para enfrentar los gastos, o la capacidad de organización y administración que hemos desarrollado para salvar todos y cada uno de nuestras cargas económicas y laborales?. Es probable que no. Cedemos frente al mensaje negativo, desesperanzador y deshumanizante de los que manejan la información.

La invitación es a mirar con optimismo y alegría este mes. No porque queramos tapar con un dedo una realidad innegable, sino porque la llegada de marzo tiene también su encanto. Los frutos del esfuerzo suelen ser tan evidentes y normales que a veces nos los apreciamos. Nuestros niños y jóvenes entran al colegio y tienen el privilegio de recibir una buena educación. Podemos gozar de la tranquilidad de tener un trabajo y en él iniciamos nuevos desafíos. En la medida que hemos sembrado buenas relaciones sociales, podremos descubrir que reencontrarse con los compañeros de trabajo, amigos y familia abre otro espacio de optimismo que habíamos congelado durante marzo. Por último, sintámonos tranquilos y orgullosos de nuestro esfuerzo, porque así como hemos sacado adelante otros “marzos” este no será una excepción. Mantengamos nuestra voluntad firme de ver la vida con optimismo y luchemos contra los que hacen del pesimismo su negocio.

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