viernes, diciembre 23, 2011

Frascos de Navidad

Este año armé un arbolito de Navidad en mi corazón. Cuando desperté había muchos regalos. Empecé a abrirlos. Cada uno tenía una tarjeta con una fecha importante. Había regalos que decían enero, marzo, julio, septiembre….diciembre.

Me costó abrirlos. Estaban bien envueltos, por lo que tuve que trabajar mucho para saber qué había en su interior. Cuando vi el primero me emocioné. Eran recuerdos. Estaban en un frasco. Como olvidados. Guardados.

Eran muchos. Abrí el primero. Mis padres. La alegría de escuchar su voz todos los días y saber que podré abrazarlos pronto. Abrí otro. Mi hermano y mi cuñada. La felicidad de saber que los tengo cerca y que cuento con ellos. Luego, quise sacar uno del fondo. Eran mis amigos. Estaban todos, sus rostros, las historias compartidas, la complicidad, las risas y las tristezas. Los consejos y las llamadas de atención.

Rompí el papel de uno que estaba cerca de mí. Mi Residencia. Mi querida Rucc. Los proyectos iniciados este año, la alegría de devolver la mano. La esperanza de ayudar a mantener viva la experiencia universitaria de vivir en comunidad.

Algo me decía que tenía que ir por un regalo que estaba escondido tras el árbol. Me acerqué y lo abrí. Era mi trabajo. La satisfacción de colaborar en el servicio público y el privilegio de hacerlo en una institución que piensa en las personas más pobres.

Seguí abriendo regalos. El café del fin de semana leyendo el diario, mis partidos de tenis, el cine, los momentos de tranquilidad en mi departamento, viernes y sábados de carrete. Encuentros inesperados que te quiebran el corazón, pero que se agradecen.

Dejé de abrir regalos. Me cansé. Sin embargo pude ver una carta colgando como un chiche. La abrí y decía: “Ojalá que el próximo año te cueste menos romper el envoltorio y abrir los frascos. Estaban tan escondidos en tu corazón que casi los dejas pasar. Para la próxima Navidad tenlos más presentes, prepáralos y da gracias por ellos. Ahora, seguro que aún tienes más regalos por abrir. Vamos, continúa y verás que te han llegado regalos todo el año.

Seguí abriendo regalos. El Viejito Pascuero fue generoso conmigo este año; y eso que no le escribí ninguna carta.

Espero que los frascos de ustedes estén menos apretados que los míos. Y si lo están…ánimo, trabajen hasta ver su interior. Les aseguro que verán que el espíritu Navideño los ha acompañado todo el año, hasta en la más sencilla sonrisa de sus hijos, sus padres o amigos.

Feliz Navidad para todos.

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