martes, agosto 06, 2013

El legado del otro N°1 de Chile






Este año la Asociación de Tenis Profesional  rinde un tributo especial a 25 jugadores ex No. 1 del mundo como parte del programa Herencia ATP, al cumplirse 40 años desde que se instauró el sistema de clasificación actual en 1973.  Ha dicho evento está invitado Marcelo Ríos, quien compartirá con leyendas como Boris Becker, John McEnroe, Björn Borg, Jimmy Connors, Ivan Lendl, Stefan Edberg, Pete Sampras, entre otros.

En el tenis chileno de los últimos 20 años existen tres figuras relevantes que pasarán a la historia como aquellos deportista que calaron hondo en el corazón de los chilenos, igualando la época dorada de los hermanos Fillol, Patricio Cornejo y, posteriormente, Hans Gildemeister.

Marcelo Ríos, Fernando González y Nicolás Massú, muchas veces nos hicieron despertar temprano para ver sus partidos y nos emocionaron profundamente cuando alcanzaron la cima del tenis mundial, ya sea por alcanzar el N°1 o por ganar las medallas olímpicas.

Sin menospreciar la exitosa carrera de Massú, los resultados en la cancha hacen que la rivalidad más importante sea entre Ríos y González, especialmente si consideramos el número de torneos ganados y ranking alcanzado. Luego, si somos más estrictos en el análisis, la conclusión debiera llevarnos irremediablemente a señalar que el más exitoso en estos términos fue Marcelo Ríos.

Sin embargo, hay una categoría donde González supera con creces a Ríos: el legado. El bombardero de La Reina es lejos mejor deportista que el zurdo.  Consideremos un concepto serio y profesional de lo que significa ser un buen deportista y digamos que lo es quien alguna vez se puso la camiseta de su país y no se la sacó más, incluso luego de terminar su carrera.   Digamos también que ser un buen deportista es quien logra traspasar a través de su conducta pública y privada ciertos valores apreciados por la sociedad. 

Igualmente lo es aquel que entiende que si cuelga la raqueta, tiene una cuota de responsabilidad con las generaciones que vienen y siente un profundo agradecimiento con sus seguidores.

Fernando González acaba de tomar a su segundo pupilo, se trata de Carlos Valenzuela, de 13 años.  El primero fue  Matías Sborowitz.  Cuando Cristián Garín, ganó el Torneo Junior de Roland Garros en el mes de junio , comentó orgulloso que había recibido los consejos de González.

Hemos visto también la presencia activa de González apoyando iniciativas que incumben a todo el país y a todas las disciplinas deportivas.  Durante el mes de julio viajó junto a autoridades deportivas y de Gobierno a Barbados y defendió  la  postulación chilena para convertirse en sede de los Juegos Panamericanos en 2019.

Y la semana pasada, nos sorprendimos con un enfadado González, que desde las tribunas del Congreso Nacional observó con decepción cómo los parlamentarios posponían la aprobación de la Ley que crea el Ministerio del Deporte.

Finalmente, recordar que Fernando González quiso finalizar su carrera con dos acciones muy simbólicas.  Su partido de despedida lo realizó en la comuna de Puente Alto, frente a la Municipalidad, acercando su espectáculo a las familias del sector poniente de la ciudad y anunciando que creará una fundación para apoyar futuras promesas tenísticas, dando prioridad durante su primer año de funcionamiento a los niños y niñas de esa comuna. Este es Fernando González y sus accionen hablan por sí mismas.

El bombandero de la Reina no estará en la pomposa celebración que organiza la ATP para los ex N°1 del mundo.  En el concepto de "Herencia" que difunde la Asociación de Tenis, no está el legado de González.  No obstante, lo más probable es que en el ranking personal de cada chileno, aquel que se construye a partir de las buens acciones González alcance la cima y se convierta en el otro N°1 de Chile.



 



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