viernes, abril 22, 2011

Ayudemos a llevar la Cruz

Quizás como nunca antes, la Iglesia chilena cargará una pesada cruz durante esta Semana Santa. El Vía Crucis estará plagado de simbolismo y el madero estará más pesado que otros años.


Como católico quiero ayudar a mi Iglesia a llevar este peso. Quiero llevar en mis espaldas las atrocidades de Karadima, las culposas sospechas de Sor Paula, el silencio de nuestros obispos y la complicidad de tantos religiosos. Quiero también cargar con la simplicidad de tantos chilenos y chilenas que han decidido dar un paso al costado y abandonar nuestra fe. Deseo caminar arrastrando la culpa de aquellos que nos hemos quedado de brazos cruzados viendo cómo dejamos que la debilidad de unos pocos, empañe el trabajo que tantos sacerdotes y monjas realizan en silencio, cada día, aún en estos momentos de desesperanza.


Esta Semana Santa será el momento en que probaremos por qué nuestra Fe ha superado tantos y tantos momentos de oscuridad, triunfando sobre cada uno de los poderes que han intentado borrarla de la historia. Al igual que en tiempos anteriores, tenemos que mantenernos unidos y fortalecer nuestra pequeñas comunidades, familias, amigos, grupos católicos, movimientos. Es el momento para que todos juntos, llenos de esperanza, tomemos una parte de la pesada cruz y acompañemos a los religiosos que hoy cargan con la debilidad de algunos de sus hermanos.


En el diario El Mercurio, edición del lunes 18 de abril, fue publicada la foto que adjunto en esta crónica. Allí podemos observar la soledad del obispo Arteaga, de quien se sospecha haber sido cómplice de Karadima. La imagen habla por sí sola. La comunidad comienza a decidir.


La multitud de pesonas que se acerca a los otros dos sacerdotes da una pequeña esperanza respecto a cuál será el camino a seguir. Aquellos que faltaron el respecto a la sotana, perderán toda credibilidad y quedarán solos, sin aquello que más los motivaba: gozar de su posición de poder desde los altares.

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