Si
siguiéramos la lógica del programa de TVN “Medium” podríamos decir con certeza
que el espíritu de Felipe Camiroaga y el resto de los tripulantes del Casa 212
aún siguen entre nosotros.
Los
constantes recuerdos en revistas, diarios y televisión no los dejan descansar.
Se descubren nuevas entrevistas, los errores en el vuelo y se develan
responsabilidades En definitiva, hemos
encadenado las almas de estos chilenos a un lugar donde ya no pertenecen.
Qué
creen ustedes que diría nuestro buen Felipe a los chilenos si Sebastián Lía (conductor
de Medium) lograra comunicarse con él.
No me cabe duda que pediría que sigamos nuestras vidas lo mejor posible
y que dejemos que los “muertos entierren a los muertos”.
En
este contexto, sería bueno seguir el consejo del alcalde de Juan Fernández,
Leopoldo González, quien casi rogando a los medios dijo: "Queremos cerrar un ciclo, no podemos recordar eternamente a estas
personas".
Los chilenos somos rewenos para los lutos y funerales.
Nos encanta sentirnos protagonistas de dramas e injusticias que jamás
desaparecerán. Nos gustan los mártires y
santificar rápidamente al primer hombre público que pasa a mejor vida, aunque en
realidad de santo haya tenido muy poco y, más bien, haya sido un hombre común y
corriente.
Se cumplió un año de la tragedia de Juan
Fernández. No seamos egoístas y dejemos
descansar a los que ya no están. En el
caso de Felipe, sería aconsejable que tomásemos el control remoto y oprimamos
Off. Ya es momento que se apaguen las
luces del set, tome su auto y tome el rumbo del descanso eterno.
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