viernes, abril 01, 2011

Reconocimiento


Recuerdo que era sólo un escolar. Terminábamos de almorzar con mi familia y mirábamos las noticias del mediodía. Soy de los que difícilmente se emocionan con las notas periodísticas, pero aquél 1 de abril del 1991 sentí un remezón en el alma.

El noticiero informaba que unos terroristas habían asesinado al senador Jaime Guzmán. Cobardemente, le habían apuntado al quemarropa, a la salida del Campus Oriente de la Universidad Católica, luego de hacer clases.

Siempre fui un admirador del senador. Como periodista, me gustaba mucho escucharlo hablar, darme cuenta de la facilidad que tenía para expresarse, para construir ideas y expresarlas con calma, con seguridad. Admiraba su capacidad para hablar sin modismos, ni muletillas. Admiraba su valentía para defender sus principios y valores.

Admiraba también como era capaz de enfrentarse a los más agudos, orgullosos y porfiados líderes de izquierda, admiraba como era capaz de doblarle el dedo al ex Presidente Lagos.

Jaime Guzmán es de esos personajes que con el tiempo, ya sea por miedo o arrepentimiento, muchos prefieren no mencionar. Reniegan de su amistad, de haberlo admirado, de coincidir con lo que él pensaba y de reconocer que lejos de ser ese personaje siniestro que la izquierda se ha esmerado en construir, era una buena persona.

Al cumplirse 20 años de su asesinato, quise dedicarle este humilde texto; reconocer que siempre fui un admirador de su obra y que espero que los terroristas que le quitaron la vida puedan ser "invitados" algún día a alojar en nuestras austeras cárceles de donde espero no salgan jamás.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Plop

Anónimo dijo...

1991