martes, junio 10, 2008

Aprobado con nota 7

Hay que decirlo. Rafael Nadal está llamado a ser uno de los grandes tenistas de todos los tiempos en cachas de arcilla. Es un Federer circunscrito a la tierra batida. Estoy seguro que Björn Borg, no se imaginó jamás que su record de cuatro títulos de Roland Garros consecutivos sería sobrepasado, y menos ahora, cuando el tenis masculino es tan competitivo. Lo de Nadal es sencillamente espectacular.

A los que no disfrutamos tanto del tenis arcillero y de los eternos defensores que gustan de pegar detrás de la línea de base, no nos queda otra cosa que reconocer que estamos frente a uno de los grandes y que verlo jugar debe llenarnos de orgullo. El español ha jugado 28 partidos en París y los ha ganado todos, en la versión 2008 no perdió ningún set y sólo en tres de los que jugó sus rivales pudieron sacarle más de cuatro juegos. Como si esto fuera poco, no hizo diferencias entre sus oponentes más cercanos y el resto. Los humilló a todos por igual. Djokovic y Federer fueron tratados como unos cualquiera y al número uno del mundo le propinó un 6-0, en la final y, como broche de oro, en el último set. Es cierto, si había una temporada en que alguien podía ganarle con este marcador a Roger, era éste. No ha jugado a su más algo nivel y ha mostrado más debilidades que en otras ocasiones. Pero esto es sólo un detalle.

Me atrevería a decir que estamos frente a un récord que no será superado en muchos años. Igual que aquellos que nos heredaron maestros como McEnrod, Lendl, Connors y Björg y que parecían muy difíciles de igualar. Digamos que el año de Nadal ya fue todo lo grandiosos que se esperaba. Podríamos verlo perder en Wimbledon y los Masters Series que quedan; así y todo nadie podría regañarle nada.

Al Rafa Nadal le tocó salir al pizarrón, rendir examen y salió con nota 7. Ahora es el turno de sus compañeros, los de cancha dura y tengo el presentimiento que, con suerte, tendrán nota 5.