sábado, enero 07, 2012

Las cuatro fuerzas para ser un top ten

Soy hijo de la educación municipal, pero de la educación municipal de calidad. Creo que cuando en un proyecto educativo coincide un cuerpo docente con verdadera vocación por la pedagogía, familias comprometidas con la educación de sus hijos y alumnos con verdadero interés por aprender, no hay crisis que pueda detener el éxito.

Estudié en el Liceo Juan Bautista Contardi de Punta Arenas. Una institución que tiene 22 años de vida y que en este corto tiempo ha logrado éxitos académicos impensados para un establecimiento tan joven.

El miércoles 4 de enero, el diario El Mercurio, publicó el ranking nacional de los colegios con mejores resultados en la PSU. En el ámbito municipal, mi colegió estuvo ubicado N10º, compartiendo este selecto grupo con el Instituto Nacional, Lastarria y Javiera Carrera, todos estos con años de experiencia y prestigio.

Recuerdo con nostalgia aquellos fríos días en Punta Arenas. 6.10 de la mañana. Levantándome, ducha rápida, camisa, corbata y vestón. Mochila al hombro y un par de guantes para la nieve. Ocho de la mañana, todavía oscuro en Magallanes. Mi director en la puerta dando la bienvenida. Mirada seria, pero acogedora. Eran tiempos donde la mayoría no sabía cómo resultaría este nuevo liceo. Sin embargo, su actitud siempre parecíó saber que el Contardi daría qué hablar.

Me acuerdo de mis profesores. Jugados cien por ciento en sus clases. Maestros más que profesores porque también hablábamos de la vida. Recuerdo sus consejos, la compañía en momentos de decepción y sus reconocimientos cuando llegábamos a la meta.

Recuerdo mis días como presidente del Centro de alumnos. Mi paso marcial con el estandarte del colegio en los desfiles y los nervios mientras estaba en la pista atlética del estadio, esperando la largada para correr por mi liceo.

Recuerdo a mi papá, liderando el Centro de Padres, comprometido como si se tratara de la empresa personal más importante de su vida. Recuerdo a los padres de mis compañeros, entregando su tiempo para las actividades extraescolares.

Algo hay en el Contardi que hace confluir las buenas energías, aquellas necesarias para ser top ten. Me atrevería a decir que hay un buen líder, un buen director, con vocación y visión. Valiente, estricto y enamorado de su trabajo. Él canaliza estas energías y las lleva a buen puerto. Él conoce la receta y sabe que no se necesitan grandes sumas de dinero para tener éxito. Sabe perfectamente que la clave está en guiar las cuatro fuerzas; alumnos, familia, directivos y profesores hacia un mismo objetivo.

En tiempos de ajustes a nuestro sistema educacional, los resultados del Liceo Juan Bautista Contardi son una esperanza para todos. El dinero no lo es todo, pero sí la vocación.
Con estas cuatro fuerzas es posible doblar la mano al sistema actual y esto se puede lograr hasta en el liceo más humilde de Chile.