martes, junio 09, 2009

El derecho a relevar la dimensión espiritual


Actuaulmente muchos chilen@s tienen la posibilidad real de optar por algún camino, proyecto, terapia, ejercicio u organización que le ayude a desarrollar y descubrir la dimensión espiritual de su naturaleza humana. La vorágine en la que diariamente vivimos, nos agota no sólo físicamente, sino que también sentimos cómo hemos ido perdiendo el sentido de la trascendencia, la valoración del silencio, la contemplación y el encuentro con uno mismo.


Desde luego, cuando existen necesidades básicas que no han sido satisfechas o cuando los derechos mínimos no se pueden ejercer, es muy difícil orientar los esfuerzos para encontrar espacios de relajación o descanso. No está la disposición, condiciones o recursos para hacerlo. Las prioridades son otras. Alimentación, trabajo, estudios, vivienda, justicia, etc. En Chile, aún existen muchas familias vulnerables que requieren con urgencia las condiciones y oportunidades para desarrollar su vida más integralmente, dignamente y en un contexto de justicia social, igualdad de oportunidades y sin discriminación.


Desde este punto de vista, la nueva Red Protege puede convertirse indirectamente en una oportunidad para que muchos chilenos y chilenas, que por tanto tiempo han empeñado todas sus energías en solucionar sus legítimas aspiraciones materiales a través del reconocimiento de sus derechos, hoy puedan planificar sus vidas con miras a hacer un “pequeño cariño” a aquella dimensión espiritual que todo ser humano tiene y que también requiere un poco de preocupación.

lunes, junio 08, 2009

Un paso para adelante y otro para atrás.


En el primer semestre de este año, hemos recibido dos noticias que muestran diferentes caras de nuestra sociedad. Aquella que apuesta por la confianza y aquella que trabaja en el secretismo y la mala fe. La Ley de Transparencia y la eventual colusión de las cadenas de farmacias son un ejemplo de un paso hacia adelante y otro hacia atrás. Por un lado, el sector público realiza tremendos esfuerzos en implementar la cultura de la publicidad y, por otro lado, un grupo de privados se aprovechan de las reglas del mercado para engañar y jugar con las necesidades de las personas más humildes de nuestro país.

En el ámbito de los servicios públicos, la iniciativa evidentemente correspondía al Estado, a través del Gobierno. Dicha responsabilidad fue asumida y con la aplicación de la Ley de Transparencia hemos avanzado hacia una nueva forma de acercar el trabajo público a los ciudadanos. Sin embargo, y a pesar que el Estado también está llamado a ser el gran regulador del mercado, no es menos cierto que la sociedad civil debe asumir un rol más activo en el control del sistema económico que nos mueve. Exigir más información, crear más organizaciones ciudadanas y ejercer el derecho a la denuncia deben ser prácticas asumidas sin temor ni vergüenza.

El Chile del Bicentenario debe ser el Chile de las confianzas, de los gobiernos ciudadanos, de los Servicios públicos con puertas abiertas, de mercados competitivos, con reglas claras, justas y transparentes; un Chile donde la única “colusión” que exista sea aquella necesaria para generar el mayor bienestar posible para todos los chilenos y chilenas.