VOY, es la
palabra clave con la que Andrés Velasco ha querido identificar su campaña,
anotando con ello su primer punto.
Sigilosamente, como es su costumbre, pero dando golpes mortales, deja
entrever la idea de que él sí va,
mientras que Michelle Bachelet aún no va a ninguna parte.
Es la contraposición de aquél que va
a la pelea versus la que rehúye, el que da la cara cuando es necesario versus
la que deja pasar el tiempo para evitar enfrentar los problemas. Esta es
una estrategia con el sello del
ex ministro, lo que deja claro que detrás de él existe un grupo importante de
profesionales que saben qué, cuándo y cómo lanzar los mensajes.
¿Dirá VOY la ex presidenta durante el 2012, el 2013 o
no dirá nada? O más bien se preguntará ¿VOY? Si su reacción fuera una
interrogante más que una afirmación no la podríamos juzgar. Esta carrera
presidencial será compleja para todos los candidatos, sencillamente porque
todos están muy empoderados con excepción de Parisi y Jocelyn-Holt.
Para tener que enfrentarse a candidatos que se han
tomado muy en serio sus roles y que cada vez le pierden más el miedo a su
imagen inmaculada. ¿Voy?, se preguntará la ex presidenta.
Para someterse a un intenso fuego cruzado de la
Alianza y la Concertación quienes buscarán marcar diferencias con ella,
olvidándose que un día fueron parte de un mismo equipo. ¿Voy?
Para tratar de empatizar en tan solo unos meses de
campaña con la alta sensibilidad social del Chile actual, entendiendo que
estudiar los paper y reportes de prensa que le envían desde Chile no le alcanzará para
empaparse de las demandas del pueblo.
¿Voy?
Para arriesgarse a perder popularidad, haciendo
evidente que la distancia le hizo perder cercanía, impidiendo responder las
múltiples exigencias de los movimientos sociales, el mundo político, de sus aliados
y la oposición. ¿Voy?
Para gobernar en medio de una multiplicidad de rencores
internos, progresismos, neoizquierdistas, autoflagrantes, que jamás podrán desplegar
su proyecto de país mientras permanezcan como aliados con la DC. ¿Voy?
Existiendo la oportunidad cierta de continuar el
trabajo que tan exitosamente ha desarrollado en ONU Mujeres e ir construyendo
una seria candidatura para reemplazar a Ban Ki-moon. ¿Voy?
Para tener que enfrentar las multitudinarias marchas
cuando tenga que decirles NO a las demandas sociales que exigen lo imposible y
darse cuenta que su simpatía no le alcanza para dejar contenta a la gente. ¿Voy?
Para someterse a la impredecible voluntad de los
ciudadanos quienes podrían preferir quedarse en sus casa o irse a la playa en
vez de ir a votar por su candidatura. ¿Voy?
Con la misma habilidad con que ha puesto temas
contingentes sobre la mesa, Andrés Velasco dijo la palabra que tantos quisieran
escuchar de la dama de Nueva York. De esta forma, el VOY de Velasco es
el primer impacto profundo en el poderoso escudo que la candidata fantasma ha
desplegado desde su bastión en Norteamérica.