sábado, marzo 30, 2013

Emprendimiento o desigualdad. Qué discurso seguir.




El relato del Gobierno del Presidente Piñera es el del emprendimiento, el cual, en su acepción más tradicional socio-económica, ha logrado contagiar al ámbito político y cultural, invitando a cambiar la mirada para enfrentar los problemas.  
 

El emprendimiento incluye un mensaje de optimismo y de esperanza.  Es un mensaje que invita a mirar hacia adelante.  Descubrir oportunidades donde nadie las ve.  Significa sentirse un pequeño gran inventor a pesar de no ser un genio y no haber estudiado en el extranjero.


El emprendimiento no distingue clases sociales.  Contagia a todos por igual, permitiendo que las familias más humildes encuentren en el Estado un apoyo para iniciarse y así, con sus frutos mejorar sus condiciones de vida: mejor educación, mejor salud, recursos para la entretención y, lo más importante, la realización personal y la sensación de que su esfuerzo hace más feliz a su familia y contribuye a tener un mejor  país.


El emprendimiento fortalece y enriquece las relaciones entre las personas.  Invita a los integrantes de las familias y comunidades a unirse al proyecto y obliga a capacitarse en temáticas que antes eran completamente ajenas.  Con el tiempo, el emprendimiento va emparejando la cancha, entregando a las personas algunas herramientas técnicas y sociales que no lograron adquirir en el pasado.


Tiene además, una dimensión que es aún más importante que se relaciona con la actitud frente a la vida.  ¿La enfrentamos con optimismo o nos entregamos al destino?  ¿Confío en lo que soy capaz de hacer por mí mismo o dejo que otros hagan todo por mí? ¿Me dispongo a trabajar o espero sentado a que me den lo que alcance?  ¿Me hago responsable de mi futuro o responsabilizo al resto por mi realidad?


El discurso del emprendimiento no niega la desigualdad.  Todo lo contrario, la asume como parte importante del diagnóstico, pero no la convierte en el centro de su relato porque el discurso de la desigualdad enceguece, paraliza, genera miedo y odio, inculca el rencor y predispone al fracaso.  El que hace de la desigualdad el centro de su discurso y busca terminar con ella se equivoca, no hace más que fortalecer una profecía autocumplida.


El relato del emprendimiento es más sincero. Propone metas concretas y medibles.  No victimiza, sino que valoriza y engrandece.   Es una invitación a empezar de nuevo, en paz con uno mismo y con la sociedad.   El emprendimiento predispone a sentir felicidad con logros sencillos, enriquecidos con el esfuerzo propio que permiten caminar con la frente en alto.   Por el contrario, el discurso de la desigualdad invita a soñar en un mundo perfecto que jamás existirá, dirigiendo a las personas hacia una búsqueda eterna, agotadora, abrumadora,  que anula la creatividad y no distingue caminos de salida.


Por eso, la llegada de Michelle Bachelet y sus primeras palabras no pudieron ser más inapropiadas.  Luego de tres años de ausencia viene a hablar de desigualdad como si no conociéramos el problema.  Ella supone que como la palabra desigualdad no se repite 22 veces en los discursos del Presidente y sus ministros, no es prioridad para ellos.  No puede estar más equivocada.


El trabajo del Gobierno ha tenido muy presente la desigualdad,  pero recordarla majaderamente  una y otra vez no ha sido parte de la estrategia.  Lo que se ha buscado durante estos tres años, ha sido disminuir la pesada mochila de las injusticias sociales, quitándolas del foco de atención porque como punto de partida equivale a invitar a ponerse de pié con una roca de 10 toneladas en la espalda.  A cambio, se ha ofrecido una mirada más esperanzadora, con énfasis en la confianza, las oportunidades y las capacidades de las personas.


Michelle Bachelet regresó a hacer anuncios que todos conocemos.  Nos vuelve a colocar piedras en la mochila para hacer más pesado nuestro caminar,  nos recuerda una y otra vez todo lo que nos falta.  Un mensaje nada más ajeno al Chile actual que, no obstante hacerse escuchar con más fuerza en las calles, se siente más feliz, más satisfecho y más optimista de su futuro.


                          

lunes, marzo 25, 2013

La mejor cancha para la mejor Residencia de Santiago


El miércoles recién pasado vimos un sueño hecho realidad. La nueva cancha de la Rucc lució perfecta para convocar a religiosos, directores, residentes y ex residentes a presenciar el partido inaugural, comenzando así, una vez más, a escribir importantes momentos en la vida de cada ruccano.
No podemos negarlo. Al presenciar esta actividad y ver aquel espacio lleno de vida nos volvió el alma al cuerpo.  Éste fue un proyecto complejo, costoso y difícil de socializar. Con la cancha nos pasó lo que sucede en Chile con todas las iniciativas deportivas. Siempre relegadas a un segundo lugar, siempre supeditadas al cumplimiento de otras metas.   No obstante, nuestra Agrupación de Ex Residentes se las jugó por un proyecto que quizás nunca hubiese visto la luz, aunque los recursos hubiesen estado disponibles en la Rucc.  ¿Por qué construir una cancha si hay necesidades más importantes?  Fue la pregunta de siempre, la traba de siempre.  Pues bien, nosotros quisimos dejarla a un lado para otros menos osados.
Por experiencia, sabemos que cuando llegas a la Rucc la vida comunitaria no es fácil y para muchos la cancha fue la única forma de integrarse al grupo, para otros, fue el medio para expresar solidaridad y afecto.  Muchos pudieron descubrir parte de su personalidad y las habilidades sociales que podían poner al servicio de sus compañeros.  En momentos de nostalgia o derrotas académicas un buen partido de baby siempre actuó como contención, dándonos un nuevo aire para seguir estudiando.
Nosotros confiamos en que una cancha como ésta será capaz de lograr que el deporte retome el lugar que tuvo en la Residencia.  Pero también estamos convencidos que esto no será suficiente, y que debe existir una motivación adicional desde la dirección de la Rucc y desde el Consejo de Residentes que este año retomará sus funciones.
Como Agrupación de Ex Residentes hemos comprometido nuestro apoyo para colaborar con los ruccanos en la organización de más actividades deportivas y esperamos que la Rucc pueda abrir sus puertas para transformarse en un punto de encuentro deportivo con las demás residencias universitarias de la capital.
La reconstrucción de este espacio deportivo en la Casa es parte de uno de los objetivos trazados en la “Planificación Estratégica para la Rucc del Centenario”, trabajo que realizamos el 2011, y que estableció algunos lineamientos para convertir a nuestra Residencia, ad portas de cumplir sus 100 años, en la mejor Residencia Universitaria de Santiago, ofreciendo a las familias de regiones una oportunidad para dejar a sus hijos en un lugar preparado para educarlos en la autodisciplina, la formación académica, valores cristianos y también en una vida saludable a través del deporte.
Como Agrupación de Ex Residentes pensamos que hay valores y experiencias que sin importar el tiempo, siempre seguirán repitiéndose en la vida de un ruccano, por eso, esperamos que a través de la nueva cancha logren descubrir el tesoro más importante que  guarda la Rucc: la riqueza de la vida en comunidad.

sábado, marzo 16, 2013

Francisco y los vientos de cambio




Independiente del lugar desde donde miremos a la Iglesia Católica, todos sentimos que la elección del Papa Francisco fue la mejor.  Ya sea porque haya obrado el Espíritu Santo o porque la sensatez y la política hayan iluminado al Cónclave, no hay duda que el mundo reconoció que Jorge Bergoglio era el hombre adecuado.


Este cambio en el pontificado que hoy nos tiene tan contentos no es casualidad.  Aquí hubo un hombre con visión y humildad que dejó su cargo porque supo interpretar el signo de los tiempos. Un hombre que desde sus nuevos aposentos en la residencia de Castelgandolfo, habrá observado tranquilo y reposado cómo la espiral de hechos desatada por su reflexión se encarnaba en el cardenal argentino.  No hay duda que Joseph Ratzinger es el principal autor de la historia que hoy se empieza a escribir en el Vaticano, una historia que con su nuevo líder ya deja ver algunos cambios.


Durante esta semana ya pudimos escuchar algunas frases que nos dan señales del estilo del Papa. “Hagan caridad en vez de ir a Roma” le dijo a los argentinos,  “Si no profesamos a Jesucristo, seremos como una ONG piadosa”, le dijo a los cardenales.   Así de claro habla el Papa Francisco. En su pontificado habrá menos citas de encíclicas y más sentido común, menos ejemplos de ciudades bíblicas y más denuncias de urbes actuales; y es probable que las críticas a la sociedad con tonos suaves y conciliadores sean reemplazados por enérgicas y directas interpelaciones. 


Que no nos quepa duda que durante este pontificado estaremos frente a un gran comunicador.  Sus primeras palabras y  gestos en el balcón de la Santa Sede dejaron claro que las multitudes no lo asustan.  Francisco, es de rostro tierno y sonrisa fácil, comunica con sus manos y habla con seguridad, todo un orador.  Sólo por citar dos momentos en que el Papa conquistó el alma de muchas personas en el mundo: la solicitud para ser bendecido por el pueblo y su deseo de hacer de su pontificado un camino de a dos, pastor y pueblo.  Sencillamente magistral.


Habrá también novedades respecto a los símbolos papales.  Signos y tradiciones que alejaban a las personas de la Iglesia por representar riqueza y poca humildad irán pasando a un segundo lugar, por lo tanto, no nos debería sorprender que se repliquen estos ejemplos en cardenales y otras autoridades eclesiásticas.


Finalmente, si algunos piensan que veremos reformas profundas en materia de celibato, ordenación de mujeres y aceptación del matrimonio homosexual, están muy equivocados.  El Papa podrá ser jesuita, latino y argentino, pero no es político, asique mantendrá con firmeza las convicciones más profundas de la Iglesia Católica aunque las encuestas no lo acompañen.