martes, diciembre 24, 2013

Cibernautas navideños




Durante todo el año utilizamos las nuevas tecnologías de la información para compartir muchas cosas, algunas muy sencillas y otras muy profundas.  Compartimos lo que comemos hasta la partida de un ser querido.  Por eso, bien valdría la pena aprovechar también estos medios para desear buenos deseos a toda nuestra red de contactos. 

A través de las redes sociales hemos sido capaces de generar importantes corrientes de opinión y hemos sido testigos de lo poderoso y eficaz que resulta un mensaje claro y directo a través de twitter, facebook, istagram, blogs y otros medios digitales de comunicación.

Independiente de nuestras creencias, podremos coincidir en que durante estas fechas las energías de unidad y amor llenan los espacios.  Asique, tomemos estas energías y al igual que el Viejito Pascuero, volemos y repartamos por el ciber espacio regalos de amor, alegría y paz. 

Feliz Navidad para todos.

viernes, noviembre 08, 2013

El orgullo de nacer en una maravilla del mundo




Dondequiera que nos encontremos, los magallánicos siempre caminamos con orgullo luciendo nuestra bandera regional.  No poseemos el per cápita de algunas regiones del norte, ni el clima de la zona central, mucho menos tenemos los mágicos bosques del sur de nuestro país.  Pero sí tenemos identidad.

La razón por la cual los magallánicos somos tan magallánicos es difícil de analizar.  Podríamos buscar razones históricas, de tradición familiar o geográficas, sin embargo, lo único cierto es que amamos a nuestra tierra y sentimos la necesidad de compartirlo con los demás.

Los Magallánicos hemos transformado pequeños regalos de la naturaleza en nuestros grandes tesoros.  El viento, la nieve, los días eternos del verano, el estrecho, las nubes y sus mil formas, nuestras ovejas y guanacos, la pampa, la inclemencia del tiempo y nuestra lejanía, todo esto ha sido siempre para nosotros una verdadera maravilla.

Por esta razón, si bien la designación de Torres del Paine como la Octava Maravilla del Mundo nos llena felicidad, para los magallánicos no es más que una ratificación de aquello que percibimos desde que nacemos, esto es, que vivimos en una región muy especial.





jueves, octubre 17, 2013

Los Toros, un equipo que se pone la camiseta de la Rucc





A comienzos del 2004, un grupo de amigos y compañeros de la RUCC, se reunió  y decidió formar el equipo de baby fútbol Los Toros, en honor a la ciudad de Osorno, lugar de origen de varios de los fundadores.

Como equipo han participado en la Liga Interescuelas PUC y luego, una vez que la mayoría ya había egresado, pasaron a integrar la Liga de Santiago, período en que decidieron elegir a su primera directiva para organizar las reuniones, informar fechas de partidos, cotizar vestimenta, ir a reuniones, etc.

Luego, en 2011, la directiva decidió trasladarse a una liga con mejor infraestructura y más competitiva. Es así como llegó a la Liga Soccerhouse, que se juega en las canchas de futbolito del Campus San Joaquín. Actualmente, cada sábado es excusa para juntarse a jugar fútbol y compartir con los amigos.

Para mantenerse comunicados, el equipo ha utilizado todas las herramientas tecnológicas actuales, pasando por el mail, facebook y el grupo de Whatsapp con mensajes al instante. Aunque siguen existiendo los que mantienen su "Nokia 5120" y sólo ven el correo.

Actualmente, el equipo está integrado por los siguiente ex ruccanos: Daniel Saldivia, Julio Vargas, Roberto Fernández, Cristian Retama, Miguel Angel Pacheco, Jaime Flores, Fernando Arancibia, Pedro Varga y Cesar Riquelme.  Además de otros integrantes que siempre mantuvieron un vínculo con la Rucc: Alejandro Alvarado, Alejandro Rojas, Francisco Vega, Mario Gutiérrez, William Carrizo y Alan Hue

Sus integrantes reconocen que este equipo ha pasado a ser una verdadera familia.  Cada integrante se preocupa no sólo de jugar bien el fútbol, sino de cómo está en lo anímico y personal cada uno de sus pares. Pequeños detalles como juntar dinero y entregar un regalo al nuevo hijo de uno de los jugadores, un regalo de matrimonio, un buen asado, son los gestos y costumbres que han mantenido gracias a la experiencia de ser ruccanos, período en que gestaron su amistad que los acompaña hasta el día de hoy.


martes, septiembre 17, 2013

Ponernos la camiseta del 18 o la del 11


Luego de tantos perdones, arrepentimientos, cómplices pasivos y revisiones colectivas para determinar el grado de participación en el 11 de septiembre de 1973, llega en gloria y majestad el 18 de septiembre, un verdadero respiro después de esta larga y documentada mirada hacia el pasado.

Ahora, las notas de televisión reemplazarán La Moneda bombardeada por las fondas del Parque O’higgins.  Los testimonios de los protagonistas de la dictadura serán cambiados por ciudadanos señalando el lugar donde pasaran estas vacaciones.

Tanques y aviones salen de pantalla para dar paso a los autos paralizados en medio de las autopistas.  El desabastecimiento de los ’70 da paso a las notas sobre aguinaldo y el valor de la carne y la canasta dieciochera.

Las banderas partidarias son arriadas de los mástiles y se iza la bandera nacional.  Las imágenes de las Fuerzas Armadas rodeando la sede de gobierno ahora muestran la gallardía de hombres y mujeres en la parada militar.  En fin, los anticuchos, las empanadas, la cueca, el huaso, el descanso, la familia, la paz, llenan nuestros corazones y no hay dictadura ni odio que pueda contra esto.

Desde luego, estas Fiestas Patrias serán un buen negocio para muchas familias que con esfuerzo tendrán su puestito en las diferentes fondas.  Será positivo también para muchos trabajadores que podrán disfrutar de sus familias y descansar.  Serán días muy bienvenidos para todo chileno de buen corazón, que está agotado que le recuerden que su vecino apoyó el golpe o participó en la UP.   Para todos, este 18 será un buen negocio, excepto para aquellos que se encargan de administrar magistralmente la división, el rencor y el odio en nuestra sociedad.

Por eso, hagámosle aún más malo el negocio a estos individuos. Salgamos y disfrutemos de nuestras Fiestas Patrias, gocemos de nuestra comida y nuestra música.  Bailemos cueca aunque no sepamos hacerlo bien.  Digamos una paya aunque con suerte sepamos formar una rima.  Izemos nuestra bandera nacional, la única que nos representa a todos y demos un abrazo a nuestro vecino facho o comunista.   Vayamos al parque y disfrutemos al ver que nuestros niños pueden vivir tranquilos y en paz.  Caminemos con serenidad, porque aunque los empresarios digan que perdemos millones con tantos días de descanso, sabemos que como país hemos trabajado duro para regalarnos estos momentos.

Detengámonos y veamos en qué Chile nos gustaría vivir.  En el del 11 o el 18. Pensemos qué aires queremos que respiren nuestros hijos, los del odio o la alegría.  Analicemos qué noticias son buen alimento para nuestra alma nacional. Las de violencia o las de paz.  Veamos qué valores podemos rescatar de una y otra fecha y, sin olvidar la importancia de cada una, elijamos aquella por la que vamos a apostar.

Que estos días de descanso y encuentro nos permitan ver con más claridad el hermoso país en que vivimos y logremos entender que la única posibilidad de estar más unidos es ponernos la camiseta del 18 y no la del 11.




martes, agosto 27, 2013

Educar en la gratuidad






Cuando año tras año las encuestas nos alertan sobre  la crisis de participación existente entre nuestros jóvenes, la primera pregunta que nos hacemos es qué les pasa a estos chiquillos que no están ni ahí con nada.


Sin embargo, y como casi todas las respuestas referidas a nuestros jóvenes y adolescentes,  la explicación hay que buscarla en la familia.


Los padres de hoy son incapaces de resistir la  presión social que obliga a criar a niños y niñas exitosos y con las herramientas necesarias para enfrentar un mundo exigente, donde el slogan es sálvese quien pueda.  La embestida de este mensaje es tan potente que no hay contexto social que sea capaz de contenerlo y lentamente va guiando las conductas adoptadas por los padres al educar a sus hijos.


Lo verdaderamente cruel de esta consigna es que ha creado la imagen del niño ideal que debe aprender inglés desde pequeño y que debe familiarizarse rápidamente con las tecnologías de información. El niño debe aprender un instrumento o participar en el equipo de baby de su colegio.  En este contexto, de una u otra forma, todo lo que aprende implica una retribución, ya sea porque adquiere alguna habilidad o destreza o porque al final del día recibirá un premio o ganancia.


Así las cosas, este pequeño ser humano es presa fácil del individualismo y, por lo tanto, candidato seguro a ser un ciudadano inconformista, envidioso y sin un ápice de compromiso social.  Acostumbrado a recibir siempre algo a cambio, no entenderá jamás por qué tiene que levantare temprano a votar para las elecciones o cuál es el sentido de entregar un par de horas a la semana para hacer algún voluntariado. Mucho menos comprenderá por qué no hay que botar un papel en la calle o por qué no tienen que destruir un parque o un kiosco cuando quiere exigir algo del Estado.


Los resultados de la 7° Encuesta del Instituto Nacional de la Juventud (Injuv) entregaron desalentadores resultados respecto al nivel de participación de los jóvenes, indicando que el 81% está poco o nada interesado en política.  Por otro lado, se acaban de conocer los resultados del Séptimo Estudio Nacional de Voluntariado que señaló que a nivel nacional, sólo el 6% de los consultados asegura dedicar tiempo a acciones de voluntariado.


Es urgente que así como los padres se preocupan de que sus hijos desde pequeños aprendan un segundo idioma y estén al día con las tecnologías de punta,  se esfuercen también porque vayan incorporando el valor de la gratuidad, la participación y la responsabilidad social, lo que implica ir un poco más allá de la integración en grupos deportivos, cursos formativos y experiencias que impliquen algún tipo de retribución personal.


Ayudar por ayudar.  Ayudar sin esperar nada a cambio.  Dar la mano al que más lo necesita o  participar para construir un país mejor.  Poner los talentos al servicio de los demás.  Ponerse en el lugar del prójimo.  Estos son los mensajes que hay que inculcar desde pequeños.  Es cierto, es un entrenamiento complejo en el mundo actual, pero sin duda, si los papás y mamás enseñan con su propio ejemplo, verán que con la misma facilidad con que un niño aprende las canciones en inglés o genera  su perfil en facebook, asimismo, aprenderá a encontrar sentido a la participación y la gratuidad. 


No estoy muy de acuerdo con el dicho “La mejor herencia que le puede dejar un padre a su hijo es la educación”.  Yo diría más bien que la mejor herencia que le puede dejar  es aprender a gozar de las cosas sencillas de la vida, entre ellas, ayudar sin esperar nada a cambio.