
Después de soportar las jugarretas y faltas de lealtad de Kirchner, expresadas hace ya un año cuando trapeó el suelo con los acuerdos que aseguraban el suministro de gas a Chile y ayer, cuando se comprometió con Bolivia a no ceder ni una gota del gas que les compraran. Luego de aguantar que el señor Toledo y el señor Morales no se cansaran de justificar sus ineptitudes políticas y falta de visión, queriendo tapar los errores de sus añejos proyectos políticos con reclamos de mar y tierra. Después de todo esto, pareciera que el nuevo presidente de Perú nos dará un pequeño respiro (quién lo iba a pensar). Sé que el señor Alan García fue una verguenza para su pueblo y latinoamérica cuando fue mandatario, pero me atrevería a decir que el tiempo que estuvo fuera del poder le sirvió para repensar el Perú e integrarlo al mundo actual. Estos es, el mundo de la globalización, de la competencia leal, de las relaciones cordiales, de la mirada hacia el futuro, de las alianzas estratégicas. Con valentía vino a Chile y dijo que se terminaba la lucha
del pacífico y se iniciaba la luchar
por el pacífico, señaló que competiría de igual a igual por la inversiones asiáticas y por la construcción de un megapuerto. Alabó el modelo politico-económico chileno y dejó claro que la mirada estará puesta en el futuro y no en el pasado.
Qué pena por el señor Chávez, que desde su bastión petrolero vio cómo la oportunidad de tener otro títere se le escapaba de las manos. ¡Qué acuda donde su mentor, el presidente Castro!, (cambio el "señor" por "presidente" la historia detrás de este personaje así lo amerita), él sabe de conquistas frustradas, en Chile se lo enseñamos bien, pero costó caro el paseito que hizo durante un mes por nuestro país porque tuvimos que lamentar los muertos de uno y otro lado.
Ahora los ojos del titiritero venezolano se pondrán en México, al parecer está creciendo otro liderazgo mesiánicos, populista y embaucador. López Obrero lleva la delantera para las elecciones presidenciales en México.