lunes, septiembre 05, 2011

21 espíritus bondadosos


Nuestro mar no fue tan generoso como el desierto. Pudimos recuperar a los 33, pero no a los 21. Buscar respuestas a estos misterios de la vida es complejo y, en momentos como estos, buscar respuestas en la fe, también lo es.

Racionalmente, nadie podría creer en un dios que nos trata tan mal y nos hace sufrir tanto. En esta lógica, habría que pensar que este padre organizó los tiempos de cada uno de los desaparecidos para que se subieran a ese avión. Habría que pensar también que hizo que la piloto perdiera el control de la nave. Que un viento oculto, salido de la nada, golpeara la nave y que el mar más hostil se los tragara hasta las profundidades.

Yo prefiero pensar en un Dios que nos deja vivir en libertad y que espera que nuestro paso por la vida nos depare la mayor felicidad. Un Padre que se alegra con nuestros triunfos y que se apena con nuestros dolores. Un Padre que nos espera, en algún lado y que mientras tanto nos acompaña con su Espíritu. Un Padre que nos soltó al mundo, tal como el papá o la mamá nos libera un día para hacer nuestro propio camino.

Juzguemos con cuidado estas pérdidas. Que la naturaleza no nos haya devuelto a los 21 no quiere decir que no estén. El significado de la muerte en nuestro caminar no está del todo definido y nunca sabremos realmente lo que puede llegar a influir en la vida de los que quedamos.

Con la misma inocencia humana con que se construye el esquema de un dios destructor, me atrevo a construir el mapa de 21 espíritus bondadosos que trabajarán desde arriba por todos los chilenos, de la misma forma como lo hicieron mientras nos acompañaban.

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