martes, febrero 08, 2011

Gracias por dejarnos en libertad señor Bielsa


Todos hemos tenido alguna vez una relación tormentosa, de ésas que nos alimentan el corazón, pero que también nos van matando un poco cada día. Es la etapa en que ambos saben que a pesar de hacer todo el esfuerzo para volver a tener un proyecto en común, ya nada será igual

Estos episodios están precedidos de acercamientos, conversaciones, nuevos tratos, cesiones, nuevas condiciones, plazos, espacios y privilegios. Pero aún así, no se puede lograr prender la energía que en algún momento iluminó el mismo camino.

En estas relaciones suele suceder que una de las partes no logra desprenderse del vínculo. Los recuerdos del sueño vivido, la nostalgia, el temor a la soledad y el miedo a no encontrar a alguien que llene el espacio vacío, lo vuelven una persona irracional. Con la voluntad apagada y su corazón gastando los últimos cartuchos de amor, esta persona logra prolongar la herida y el dolor de ambos. La otra parte no logra entenderlo y cae en la engañosa red de esperanzas que le ofrecen.

Esta es la relación que teníamos con Marcelo Bielsa. Quizás el amor más apasionado que ha tenido Chile en materia futbolística. Fue una relación que mientras duró, brilló como el sol, pero cuando se enredó, salpicó de incertidumbre y dolor.

Con todo lo hábil, calculador y estoico que parecía, Bielsa también cedió a la tentación del amor que intenta volver a empezar. Sus lágrimas delataron que en esta relación él era el que no se atrevía a dar el paso final que permitiera a todos los chilenos descansar de sus escenas retadoras y misteriosas que no aclaraban su decisión final.

Gracias por dejarnos en libertad señor Bielsa. El fútbol chileno quiere volver a enamorarse, llenar el espacio vacío y volver a encender la llama del amor para retomar el camino de la victoria. Estamos seguros que usted también encontrará un nuevo amor en el cariño de otra nación que deambule sola en busca de su técnico amado. Estamos seguros que pronto lo veremos llevar a un pueblo hasta la cima del fútbol internacional; mientras usa sus encantos para ganarse los aplausos de la gente aunque diga las aberraciones más grandes o insulte a las autoridades de la nación que lo acoge.

martes, enero 11, 2011

No haga que nos sintamos más alejados de usted y de Chile


Estimado Presidente:

Tengo el honor de trabajar para el Gobierno de Chile, pero antes que chileno soy magallánico y si hoy tuviera los recursos para tomar un avión y viajar a mi tierra, me uniría al paro indefinido e izaría una bandera negra en mi casa.

Somos una región donde no viven muchas personas, estamos ubicados en el fin del mundo y siempre hemos trabajado mucho para cooperar con todo lo que la autoridad central nos ha requerido. Sin hacer mucho ruido, nos enfrentamos día a día al frío, el viento, la nieve, el aislamiento y gracias al amor por nuestra región, hemos construido nuestra propia identidad, la que nos ha ayudado a mirar con cariño una tierra que a veces pareciera querer expulsarnos.

En la segunda vuelta presidencial, nuestra región confió en usted como nunca antes Magallanes lo había hecho por un candidato de derecha. De alguna forma quisimos expresar nuestro malestar, nuestras necesidades y nuestras esperanzas y confiamos en usted y su proyecto político para que nos apoyara y nos ayudara a sentirnos más chilenos y más queridos. Confiamos en que usted podría darnos ese empujoncito que necesitamos para seguir creciendo y sintiendo que vivir en Magallanes continúa siendo una gran oportunidad para el desarrollo de nuestras familias e hijos.

El subsidio al gas es uno de los pocos beneficios que tenemos y usted ahora desea terminarlo. Para un simple periodista como yo, es fácil darse cuenta que tras esta medida se esconde la quiebra de Enap, producto de su desastrosa administración y que la defensa que el Gobierno realiza al decir que es necesario cuidar el consumo del gas, al ser un recursos no renovable, es el argumento políticamente correcto para imponer una medida netamente economisista e impopular.

Estimado Presidente, si desea salvar Enap, lo entiendo; si estima que es necesario que lleguen más inversiones a la región, también lo entiendo, pero por favor, no lo haga a costa de las familias. Siempre hemos trabajado y entregado muchos recursos para el “norte” y pocas veces hemos pedido algo a cambio. No haga que nos sintamos más alejados de usted y de Chile.

Entiendo que frente al Gobierno será difícil ganar este conflicto, pero por lo menos queremos que sepa, que a pesar de ser tan pocos y estar tan lejos, haremos que sus asesores ponga un poco más de cuidado cuando se trate de aplicar alguna medida que afecte a la República Independiente de Magallanes

domingo, enero 09, 2011

Lo único que les pedíamos era mantenerlos con vida

Los resultados de las primeras indagaciones del fiscal Alejandro Peña en el caso del incendio de la Cárcel de San Miguel señalan una realidad inaceptable: los gendarmes no cumplieron con su misión más esencial, custodiar a los reclusos dentro del recinto penitenciario.

Hace tiempo que Gendarmería no está a la altura de la tarea que se les ha encomendado. Es un rumor que todos ocultan y nadie se atreve a mencionar por su nombre. Gendarmería requiere una cirugía mayor, especialmente en el proceso de reclutamiento y formación de su personal.

Muchas de las personas que están ingresando a dicha institución no tienen el perfil psicológico adecuado y, al juzgar por las noticias, tampoco reciben la formación técnica apropiada. Pero más grave aún es la sensación de que tampoco son formados en el ámbito de los criterios mínimos para cumplir con su deber. Ellos, más que nadie, deben evitar confundir una conducta delictual con una que no lo es, no pueden adoptar acciones de riesgo, no pueden cerrar los ojos cuando están de guardia, no pueden ir al almacén de la esquina y comprar un par de tragos para acortar la noche y divertirse, y menos aún pueden servir de nexos con los delincuentes del exterior.

Precisamente porque son pocos y porque la realidad carcelaria chilena está en crisis, nuestros gendarmes deben ser los mejores, bien adiestrados, en lo físico, pero también en lo mental. Conviven día a día con las tentaciones de los propios reclusos que disfrazan de amistad y camaradería sus intensiones para ablandar la vigilancia hasta conseguir la complicidad de sus propios cuidadores. Observan y combaten con los malos tratos, rencillas entre los internos, la tristeza de las familias, indisciplina y, en general, las decadentes estructuras penitenciarias que tampoco ayudan a un mejor desempeño.

Los gendarmes cumplen además con otro deber muy importante: mantener con vida a los reclusos, resguardando con ello, la oportunidad para que algún día puedan rehabilitarse, reinsertarse en la sociedad y regresar junto a sus familias.

Por eso es que la conducta de los gendarmes de San Miguel es tan reprochable. Porque pensaron que el valor humano de las personas que estaban resguardando era tan insignificante que bien podían permitirse comprar unos tragos en el negocio de la esquina.

miércoles, enero 05, 2011

La saludo, su majestad reina Beatriz

La bandera azul y amarillo que tanto caracteriza a los magallánicos, cobra hoy más legitimidad que nunca, porque de alguna manera el atropello que sentimos por el tema del gas, lo hemos sentido a lo largo de nuestra historia regional.

En Magallanes existe la historia colectiva de que si las naves holandesas hubiesen arrivado antes que Hernando de Magallanes al Estrecho el año 1521, hoy estaríamos escribiendo una historia muy distinta. Seríamos una colonia europea, con un percápita sobre los 40 mil dólares, miembros de la Comunidad Europea y más de alguna garantía para visitar el Viejo Continente varias veces al año, haciendo casi imperceptible la distancia sideral que nos separa de las grandes ciudades.

Por el contrario, la primera bandera que flameó a la orilla del Estrecho fue la Chilena y, como consecuencia, nos ha tocado seguir la suerte de nuestro país, con todas las limitaciones que esto ha significado y que pocas veces ha implicado alguna garantía para los ciudadanos comunes y corrientes de la región.

Jamás hemos recibido apoyos importantes en temas de trasporte, educación, salud, alimentación, vestuario. El país entero ha asumido que la riqueza de la región es tan inmensa que no hace falta ayudarnos más y que todos los habitantes son estancieros millonarios que no requieren subsidio alguno. Sin embargo, no hace falta ser muy inteligente para darse cuenta que ésta no es la realidad y que el aumento del 20% en el valor del gas tendrá graves consecuencias para cientos de familias de clase media y más vulnerables.

Cada vez que viajo a mi región, persivo con mucha tristeza que son más los magallánicos que añoran abandonar la región y gozar de los beneficios que tiene el resto de Chile. Los estudiantes universitarios viajan a otras regiones, los jubilados reúnen sus pesos y parten a la V región, los médicos, abogados e ingenieros se fijan en los mercados laborales del “norte” y hasta el magallánico de corazón, aquél que valoraba la tranquilidad como un bien insustituible, ahora también mira con algo de envidia a los nortinos.

En días como estos, en que pareciera que a nuestras autoridades se les olvida mirar el mapa y reconocer la compleja realidad magallánica, con gusto haría una reverencia a la reina Beatriz de Holanda.

miércoles, diciembre 15, 2010

Por favor, un poco más de cuidado en el lenguaje


Entiendo y comparto el fondo de varios de los argumentos que expone la Directora de la Junji, pero uno esperaría un lenguaje más cuidadoso por parte de una autoridad, cuando se refiere a una persona que está siendo procesada y más aún, cuando aparenta justificar sus actuaciones en creencias religiosas.

Lo que dijo Ximena Ossandón en Radio Cooperativa son precisamente esas cosas que un asesor comunicacional, aún con poca experiencia, debiera aconsejar a una autoridad no decir jamás. Primero, porque tienen un claro tenor religioso y personal y, segundo, porque atenta contra una inmensa mayoría de chilenos que no comparten el credo religioso de la autoridad y que al escuchar estos comentarios podrían llegar a pensar que las medidas que toma como autoridad, estarán siempre sesgadas por sus convicciones de fe, produciendo alejamiento, desconfianza y falta de legitimidad.

Me siento identificado con muchas convicciones señaladas por la Directora de la Junji, como por ejemplo, la idea de que vivimos bajo la convicción absoluta que el mal no existe y que todas nuestras acciones siempre tendrán una justificación positiva y legitima. Comparto también su reflexión respecto a que este relajo nos debilita como sociedad hasta llevarnos a relativizar conceptos básicos y esenciales para una vida más plena y fraterna. Coincido de igual forma en que cada día, cada uno de nosotros es tentado a hacer o dejar de hacer aquello que nos une, que nos acerca, nos salva y mantiene esperanzados. Hablamos más de la cuenta, insultamos, ignoramos, mentimos, discriminamos, dividimos, enfrentamos y regalamos un poco de nuestro tiempo al mal espíritu.

Estoy de acuerdo con esto, pero claramente me sentaría con la señora Ximena Ossandón y lo conversaría en torno a un buen café o en la sala de reuniones de mi parroquia más querida.

lunes, diciembre 13, 2010

Incendio en la Torre A


Con mucha tristeza observé por televisión el llanto y la desesperación de las madres y esposas de los chilenos privados de libertad que murieron en el incendio de la torre 5 de San Miguel. Muchos de ellos, por delitos que no merecían un castigo como ése. Me imaginaba qué tipo de lugar podríamos crear para mantenerlos por un tiempo entregándoles una buena rehabilitación y las herramientas para una reinserción de verdad.

Me imaginaba un lugar agradable, con buenas piezas, una sala de estar, una buena videoteca, salas de clases y buenos profesionales orientándolos en temas atingente a sus problemática. Me imaginaba un lugar que respetara su dignidad y la de sus familias, quienes pudieran comprobar que a su hijo lo tratan bien, a pesar de sus errores.

Asimismo, estoy convencido que estos lugares deben ser pensandos y construidos por profesionales ajenos al mundo delictual. No pueden haber tenido contacto con las semillas de odiosidad que genera el delito y que se encrusta en la piel y el corazón de las personas inocentes que han sido víctimas o han trabajado en la temática penal. Porque la semilla delictual apaga todo anhelo de justicia y piedad y lo transforma en venganza y odio, borrando todo rastro de respeto hacia el delincuente

Este fin de semana, días después de lamentar la muerte de 81 compatriotas que murieron quemados en la Cárcel, se me rompió en mil pedazos el sueño que con tanto respeto había construido para mis compatriotas internos. Hoy, no me atrevo a compartir el lugar en que desearía que estuviera aquel muchacho que este viernes abrió las puertas de la casa de un amigo y que luego de un rato lo cedó y le robó. La acción de este delincuente no hace más que aumentar el rezago que nuestra sociedad tiene con la población penal y aumenta las posibilidades de que los recursos que Chile maneja actualmente sigan teniendo como prioridad los recién nacidos, los adultos mayores, los profesores, los mineros, los discapacitados, la juventud y del Tata que vive bajo el Río Mapocho.

Hay mentes que no cambiarán, así se destruyan todas las cárceles del mundo y mueran quemados todos los internos.

miércoles, junio 02, 2010

Formar un equipo de trabajo eficiente es relativamente fácil cuando cada integrante hace lo que tiene que hacer ,en el mínimo tiempo y con los recursos diponibles. Pero formar un equipo de calidad humana es más complejo. Deben coincidir carácteres, personalidades, formas de ver la vida, historias y experiencias valoricas más o menos similares. Junto a Valeria, Adriana, Paulina, Carlos y Roberto logramos dar forma a un grupo de personas que se tomó el trabajo muy en serio, pero que también supo disfrutar de la amistad, la confianza y la complicidad que nace al plantear una relación más allá de lo laboral.

Hoy, este equipo se "desarma" para asumir nuevos proyectos en otras unidades de trabajo, sin embargo, los lazos que hemos construido permanecerán por mucho tiempo, porque lo que se construye sobre bases sólidas cuesta mucho que se derrumbe. Suerte a todos






miércoles, agosto 19, 2009

Transmitiendo en frecuencias diferentes


Visitar el Centro Cultural Palacio La Moneda, es caminar por una obra increíble que representa muy bien el progreso y la preocupación por la cultura, en un país como el nuestro, que ha hecho las cosas bien y que ha comenzado a relevar aspectos de la vida que antes no eran prioritarios.

En el área denominada Artesanías de Chile, está montada la exposición “Manos de la memoria, Artesanía patrimonial mapuche” Al recorrerla, sorprende la elegancia, los detalles y la delicadeza con que son presentadas las distintas piezas que pertenecen a diversos oficios como la textilería y orfebrería. Todo este ambiente entrega al visitante la percepción de un Chile que admira profundamente la cultura de sus antepasados y sus pueblos originarios.

Sin embargo, en la noche, los noticiarios parecieran mostrarnos la otra realidad. Allí se pueden ver con tristeza las imágenes del funeral del joven mapuche Jaime Facundo Mendoza Collío, muerto producto de un disparo efectuado por un funcionario de Carabineros, durante el desalojo de un fundo en La Araucanía.

No deja de ser contradictorio que en aquel moderno museo de nuestra capital se exhiban con orgullo y elegancia los símbolos de un pueblo con el cual, al mismo tiempo, en el sur de nuestro país, se realizan pequeñas batallas fraticidas, que hacen que esa fina muestra cultural pierda todo su esplendor y, porque no decirlo, su legitimidad.

Es cierto, hemos avanzado mucho, actualmente las comunidades mapuches reciben becas, subsidios especiales y tierras, se entregan programas para el fomento productivo y se aprueban convenios internacionales para el respecto de sus derechos más esenciales. Pero existe una interferencia, un ruido comunicacional en el diálogo entre los chilenos de hoy y nuestros pueblos originarios. No estamos transmitiendo en la misma frecuencia y esto nos impide entender a cabalidad qué es lo que ellos verdaderamente necesitan para vivir en paz.


No se trata de desmerecer aquella increíble muestra. Los diseñadores, historiadores y empresarios que trabajaron en ella merecen toda la admiración, pero está claro que mientras seamos testigos de más muertes, irremediablemente, al salir de aquella exposición, saldrán con la sensación de que algo todavía no engancha bien.