domingo, julio 02, 2006

Pasto para las vacas, pasto para los maestros

Ayer se despidió de Wimbledon el maestro André Agassi. Un jugador que jamás se pensó podría llegar a levantar el trofeo de este campeonato. El año 1992 no sólo venció en la final a un especialista de esta superficie como era Goran Ivanicevic, sino que fue capaz de adaptar su juego de fondo a una cancha donde reinaba el saque y volea. Por eso, la lección que Agassi les dejó a todos los tenistas y aficionados ese año fue que el profesionalismo y las ganas de ser el mejor pueden más que los tipos de superficies, el peso de las pelotas, el viento, el tipo de raqueta, la localidad y todo aquello que los deportistas mediocres sacan a relucir cuando pieden. Por eso además es que Marcelo Ríos jamás podrá compararse con André Agassi, porque a pesar de tener un talento superior al del norteamericano, nunca fue constante, serio, profesional, disciplinado y apasionado. Si hubiese sido así, se estaría retirnando junto con Agassi y no hace tres años atrás. Sí , es verdad, el pasto es para las vacas, pero también para hombres y mujeres que enfrentan los desafíos y no le dan la espalda como niños mimados. Y miren cómo son las cosas, el jugador que eliminó a Agassi fue Rafael Nadal a quién el pasto le parecía que también era sólo para las vacas, sin embargo ahí está, en octavos de final y prometiendo a la prensa que hará lo que más pueda para demostrar que puede jugar en todas las superficies. Por eso es que Nadal será también más que Marcelo Ríos.

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