Sin duda alguna una de las experiencias que más recuerdo de mis tiempos de ruccano, fue el tenis. La competencia que se generó fue altísima y la cantidad de jugadores que participó de esta instancia llegó a los 34 residentes. Fuimos afortunados porque nos tocó vivir el alza del tenis gracias al talento del Chino Ríos, lo que inevitablemente motivaba a tomar la raqueta y jugar. Pero además, la vida hizo coincidir a una generación de amigos que se entusiasmaron con la competencia y se la tomaron en serio. Organizamos un tour que contaba de aproximadamente 20 campeonatos al año y que finalizaba con un Master con los ocho mejores del año. Es cierto, el contexto tenístico chileno del momento ayudó a que el tenis prendiera en la Rucc, pero es justo decir que el entusiasmo lo puede tener cualquiera y no por eso jugar buen tenis. Estos muchachos tenían mucho talento y fueron perfeccionado sus técnicas hasta llegar a destronar a este servidor que actuó como motivador. Pasados los años, ya todos ex residentes (pero ruccanos de corazón), nos hemos vuelto a reunir para rememorar aquellos campeonatos. Los ochos mejores de aquellos años volvimos a tomar la raqueta y probamos que todavía nos acordamos de algo. Sin embargo, este encuentro no fue casual. A lo largo de todos estos años hemos mantenido el contacto y este campeonato no es más que un broche de oro a nuestra amistad que tan fielmente se ha mantenido en el tiempo.
Por ahora, tenemos dos metas: jugar una vez al mes y organizar un campeonato en la cancha de nuestra Rucc, la misma que fue testigo de los cañonazos de Olivares, la regularidad de Gutiérrez, la muñeca de Riquelme, la tenacidad y fortaleza de Vidal, la técnica depurada de Bravo, el slice de Álvarez y la volea de Ritter. Maestros ayer hoy y siempre
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